#23 Hacia una nueva era 🚀

Hace unos meses nos estalló la cabeza cuando vimos la capacidad de la nueva generación de sistemas de creación de imágenes a través de Inteligencia Artificial. Un océano de ilustraciones con un nivel de detalle que parecía mágico comenzó a inundar las RRSS. Nos quedamos hipnotizados viendo como sistemas como DALL-E 2 o Mid Journey eran capaces de crear instantáneas de cualquier cosa que pudiéramos imaginar: ositos de peluche pinchando música en una discoteca, animales viajando en naves espaciales o criaturas fantásticas en universos apocalípticos son solo algunos ejemplos de imágenes que empezaron desde entonces a circular por la red. Algo impensable hasta hace muy poco era ya una realidad: cualquiera, con un poco de imaginación y con algo de tiempo para jugar formulando “prompts” (instrucciones que le das a la Inteligencia Artificial), tenía ahora la capacidad de crear universos increíbles con una calidad hasta entonces sólo al alcance de los mejores profesionales. Un mundo de nuevas oportunidades apareció delante de nuestros ojos y fuimos muchos los que nos quedamos desde entonces enganchados a esta nueva tecnología, hasta el punto de que ya hay auténticos especialistas en exprimir al máximo estos sistemas creando imágenes maravillosas. Pásate por las cuentas de @javilop o @DotCSV y prepárate para flipar.

Todavía nos estábamos acostumbrando a estas nuevas aplicaciones que nos brindaba la Inteligencia Artificial, cuando apareció en escena otra herramienta que de nuevo nos rompió los esquemas. Se trataba de la nueva versión de ChatGPT, una inteligencia entrenada para poder tener conversaciones totalmente coherentes sobre temáticas de lo más variadas. Pero ahora la cosa no se quedaba ahí: no sólo podías charlar amigablemente con ella, como hacíamos unos años atrás cuando Siri apareció en nuestras vidas, sino que te permitía formular peticiones de todo tipo con unos resultados alucinantes. Gracias a la cantidad ingente de información a la que tiene acceso, en segundos es capaz de darte unos resultados muy precisos sobre cualquier ámbito que se te ocurra. Si la generación de imágenes nos dejaba alucinados unos meses atrás, ChatGPT nos abrió un mundo de posibilidades casi infinitas. De hecho, seguro que muchos de vosotros ya estáis aplicando esta tecnología en algunas de vuestras tareas del día a día. Algo más increíble si cabe si tenemos en cuenta lo poco que lleva conviviendo este sistema con nosotros.

¿Quién no le ha pedido ayuda para encontrar esa expresión regular que le estaba trayendo por la calle de amargura, para realizar esa consulta de SQL larguísima que no acaba de funcionar o como apoyo para mejorar ese código de javascript que se le estaba atragantando? Si todavía no lo has hecho ya estás tardando porque, aunque no es infalible (no te pierdas esta entrevista), te va a facilitar la vida para todo este tipo de tareas a las que, hasta ahora, teníamos que dedicar mucho más tiempo a través del método de prueba y error o navegando por interminables páginas en Google.

La llegada a nuestras vidas de la Inteligencia Artificial ya es una realidad, si bien una realidad compleja que abre un abanico de posibilidades que hace cuente tanto con entusiastas partidarios como con grandes detractores. Con sus ventajas y sus inconvenientes, será el uso que le demos lo que hará que se convierta en una herramienta muy beneficiosa o, por el contrario, conlleve efectos negativos para nosotros mismos.

Una de las principales ventajas de la IA es su capacidad para realizar algunas tareas de manera más rápida y precisa que los humanos. Se trata de sistemas que pueden analizar grandes cantidades de datos en apenas unos segundos, por lo que pueden ser entrenadas con muchísima más información de la que un humano sería capaz de adquirir y asimilar a lo largo de su vida. No cabe duda que tener al alcance de nuestra mano este tipo de tecnología puede brindarnos infinitos beneficios: los médicos se apoyarán en estos para mejorar la fiabilidad y rapidez en sus diagnósticos, las fuerzas de seguridad podrán detectar amenazas mucho antes estudiando ciertos patrones de comportamiento y los analistas (¿qué haríamos sin los analistas?) podremos librarnos en cierta medida de esas tareas más aburridas que tanto odiamos y que consumen toda nuestra paciencia ¿Llegará el día en el que podamos dejar de validar? El tiempo lo dirá.

Sin embargo, también plantea algunos inconvenientes y preocupaciones. Uno de los más comentados últimamente es el miedo al desempleo, como consecuencia de la posibilidad de automatizar algunas de las tareas realizadas hasta ahora por humanos. Si estos sistemas permiten una realización de las mismas de un modo más rápido, fiable y eficiente, corremos el riesgo de que las empresas deleguen cada vez más este tipo de trabajos en estos sistemas en vez de en personas, lo que provocaría un aumento de desempleo. Esto a la larga permitiría reducir costes, con su consecuente mejora de beneficios. mientras que una parte de la población tendría que buscar la manera de seguir generando valor. ¿Puede esto incluso llevarnos a una mayor desigualdad entre los ricos y pobres? Estamos todavía a tiempo de evitar que esto suceda.

Otro de los problemas más populares gira en torno a la falta de un código ético que rija el uso de estos sistemas. O incluso que las propias inteligencias artificiales se vuelvan tan sofisticadas que puedan tomar decisiones que entren en conflicto con los valores globalmente aceptados en nuestra sociedad ¿En cuántas películas hemos visto que las máquinas toman el control y nos hacen la vida imposible? ¿Podría, lo que aún es ciencia ficción, convertirse en un problema real? Te dejo por aquí un hilo muy interesante sobre situaciones que podrían suponer un problema importante por un uso inadecuado de estas inteligencias.

Sin duda son muchas más las ventajas e inconvenientes que podríamos enumerar pero, como la mayoría de las tecnologías que hemos creado a lo largo de la historia, lo que inclinará la balanza entre los beneficios y perjuicios de la Inteligencia Artificial dependerá única y exclusivamente de nosotros. Así que es el momento idóneo para asumir que estamos ya inmersos en los inicios de una nueva era donde esta potente tecnología, que todavía está en una fase inicial, jugará un papel fundamental en la evolución de nuestros trabajos e incluso vidas. Por ello todos tenemos la responsabilidad como sociedad de hacer un uso correcto de ésta e inclinar la balanza hacia todo lo positivo que potencialmente éstos sistemas nos pueden traer.

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