Cinco cualidades que te harán mejor analista

El buen analista, ¿nace o se hace? Esta es una cuestión que seguramente yo no pueda responder. Pero me mojaré. En mi opinión, hay un poco de las dos cosas. Pero, como casi siempre, creo que influye más lo segundo. Con ganas, perseverancia y trabajo, se llega siempre muy lejos. Un analista suele avanzar detectando áreas de mejoras, aumentando conocimientos, enfrentándose a situaciones nuevas y rompiendo barreras para ser mejor en lo que hace. Por eso, tras años de analizar y ver a otros hacerlo, vengo a recoger cinco cualidades que  creo que te harán mejor analista. Y tú, ¿las tienes todas?

Ser cuidadoso/a

Esta cualidad es importante seguramente para todos los trabajos. Pero en analítica lo destaco especialmente porque en ocasiones trabajamos con tantos datos que necesitamos extremar la precaución. Un dato mal sacado o una confusión al reportarlo pueden generar una conclusión errónea y por tanto, una línea de acción equivocada.

Con los años he aprendido que esta cualidad también se adquiere. Aunque no seas la persona más cuidadosa del mundo en tu día a día, hay cosas que puedes hacer para serlo. Es primordial ir con calma, pensando en todo momento en los datos que vas a necesitar sacar. Es también importante repasar lo que hemos reportado, revisando de un vistazo los datos más clave. Por último, es importante entender qué dicen los datos y pensar si encaja. Si estamos acostumbrados a las cifras de nuestro proyecto, será sencillo identificar posibles errores.

Ser preguntón/a

Los datos nos cuentan historias. Por ejemplo, una evolución negativa de un ratio de conversión apunta a una posible mala experiencia de un usuario al enfrentarse a un proceso. Y para entender qué está pasando es fundamental conocer el contexto. ¿Ha habido campañas en torno al proceso que pueden influir? ¿Es un mes especial y puede haber algo que afecte a los datos? ¿Hay algo que pueda obstaculizar el avance de los usuarios en el embudo de conversión? Para conocer ese contexto, hay que preguntar. Moverse por la organización que sea para encontrar a las personas adecuadas e intentar sacar la información.

Otra clave es que siempre que nos quedemos con dudas, volvamos a preguntar. No tener miedo a repreguntar y atar bien los datos para entender lo que está pasando. 

Ser lógico

Para ser analista es importante trabajar bien con datos. Ser ágil con las operaciones y rápido al encontrar la relación entre ellos. Pero creo que en más de un 50% de los casos lo más importante es ser lógico. Esto es, aplicar el sentido común para encontrar la relación entre los datos y extraer una conclusiones adecuadas en consecuencia.

La lógica matemática o formal es aquella «que opera utilizando un lenguaje simbólico abstracto para representar la estructura básica de un sistema». Y su utilización es fundamental para el analista. La lógica es la base de la capacidad de análisis. De transformar los datos en historias y en acciones.

Para poner un ejemplo, haré una lógica sencilla. Si un ratio de conversión se cae el día 6, y ese día coge fuerza una versión de la app, todo apunta a que los problemas se derivan de la nueva versión. Filtrando los datos y comparando versiones podemos confirmar esa hipótesis, encontrando un insight. La acción asociada será entender qué está pasando en la nueva versión y si hay un error, solucionarlo. Esto es un ejemplo de cómo la lógica nos ha llevado a hipótesis ajustada y una solución en consonancia.

Confiar en tu personalidad

Dice la RAE que la personalidad es la “diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra”. Esta cualidad, que puede parecer tan lejana a ser buen analista, me parece fundamental. La personalidad es aquello que hará que tu presentación sea única y si el mensaje que trasladas es bueno, hará que llegue mucho más lejos.

La personalidad hará también que cuando presentes los datos, las conclusiones y los insights quienes te escuchen entiendan mejor la historia. No les llegarán los datos, les llegará tu voz, tu perspectiva, tus explicaciones y tus reflexiones. Aprovecha eso que se te da bien o te hace único para llevarlo a tus análisis. Seguro que habrá algo: la propia presentación, los textos, los gráficos, aportar información que sorprende, romper con presentaciones anteriores, el storytelling, los destacados, la simplicidad de la presentación, tu capacidad de resumir, tu naturalidad…

Ser persistente

La última cualidad pero no por ello menos importante es ser persistente. Para ser buen analista es súper importante tener controlado todo lo que sucede en tu proyecto. Revisar datos constantemente, estar encima de la calidad del dato, tener todo documentado, preguntar cómo van los insights, preguntar contexto, repreguntar en caso de que sea necesario, etc. Y si no contestan, hay que buscar la forma de que lo hagan. Ahí entrará en juego tu persistencia y también creatividad.

Entre otras cosas te servirá también bloquear la agenda para revisar la evolución de los procesos y otros datos todas las semanas. También programar alertas diarias (y horarias en caso de ser procesos muy importantes) para detectar posibles desviaciones. Y por último, tener un documento para tener registro de todo lo que está abierto y hacer controles cada cierto tiempo.

Hasta aquí un poco lo que yo he identificado para hacer mejor el trabajo de analista. ¿Crees que me he olvidado alguna?

Irene Somoza
Irene Somoza

Analista digital desde 2018 y apasionada de encontrar historias en los datos y cambiar realidades mediante estos

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