En el sector digital nos encanta medirlo todo, a veces, incluso medimos más de lo que realmente necesitamos con el coste en mantenimiento, recursos y explotación que esto nos supone. Tampoco es fácil quitarnos el mantra de medirlo todo de la cabeza. Pero si sigue habiendo una cuestión que se nos atraganta, que nos cuesta medir y que sigue siendo para muchos un tema prohibido es sin duda: hablar del salario. Puedes hacerte las siguientes preguntas:
¿Cuántos salarios de compañeros de profesión conoces? ¿De compañeros de trabajo? ¿De amigos? ¿De familiares?
Normalmente pocos, muy pocos. La realidad es que la muestra suele ser siempre muy pequeña.
Y claro, cómo podemos mejorar algo si no tenemos datos. Cómo sabemos si nuestro salario está por encima o por debajo de la media si desconocemos salarialmente cómo respira el sector. Lo poco que conocemos es lo que vamos recopilando que puede ser perfectamente una muestra sesgada y personal del mismo.
Cuándo hablamos de salarios abiertamente conseguimos ver como respira nuestro entorno, nuestro sector… y esto en definitiva nos permite tomar mejores decisiones, dar y recibir feedback de mucha mayor calidad.
Si nos centramos en el entorno profesional nos permite detectar y visibilizar desigualdades salariales de cualquier tipo: edad, género, ubicación… Y sí, una vez detectadas podemos, por fin, actuar ya sea de forma individual o colectiva.
Pero no solo eso, conocer los salarios de una misma organización nos sirve también para ver que posibilidades de evolución a nivel salarial podemos llegar a tener.
Y saber los datos salariales de nuestros iguales, pero de otras compañías nos va ayudar también a equiparar sueldos y a tomar mejores decisiones en nuestra carrera profesional.
Otra de las grandes ventajas es sin duda dejar de lado el chismorreo y las suposiciones de carácter tóxico.
Tampoco nos podemos olvidar que lo opaco en los salarios beneficia únicamente a las empresas. Los datos son poder y sin datos, la negociación parte siempre en desventaja.
Por nuestra parte, sin datos tampoco podemos contestar a si estamos bien o mal pagados o si hemos negociado bien o mal una oferta laboral.
Desgraciadamente, la mayoría de ofertas laborales tampoco muestran el salario o la franja salarial lo que hace que partamos siempre en desventaja. Parece que a este tipo de prácticas le pueden quedar los días contados por la aprobación de una directiva a nivel europeo que obligará a establecer el salario en las ofertas. Ojalá!
La reflexión de esta edición vino ocasionada por esta encuesta realizada por el periodista, Kiko Llaneras que volvió a abrir entre nosotros este melón y como no, nos sirvió para acordarnos del magnífico estudio de salarios de diseño realizado por Cris Busquests.
Quién sabe, pero quizás en algún momento nos animemos a construir entre todos algo similar. ¿Participarías?
🔎 Datola Holmes 🎖️
Viene el reto, viene el Datola Holmes: un acertijo, una pregunta, un enigma que solo los más curiosos serán capaces de acertar edición tras edición.
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